Como si el coronavirus no fuera suficiente, parte de La Ciudad se llenó de mosquitos y la situación generó malestar y preocupación. La duda principal que muchos manifestaron por redes sociales fue si estábamos en presencia del Aedes aegypti, transmisor del dengue.
¿Por qué se dio esta proliferación de mosquitos? Los especialistas exponen de dos claves: las lluvias y los vientos. El biólogo, investigador del Conicet y profesor de la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Nicolás Schweigmann, expuso que “el registro de grandes crecimientos en la población del mosquito es un fenómeno habitual de esta región vinculado a las condiciones meterológicas». Cabe destacar que ninguno de los mosquitos de esta nueva invasión es el Aedes Aegypti, transmisor de dengue, zika o fiebre chikungunya.
“La hembra del Aedes Albifasciatus pone huevos en el barro, en el pasto o en el borde de los charcos, y mientras no llueve sigue poniendo huevos en el mismo lugar; entonces cuando después de una sequía viene una lluvia todos esos huevos eclosionan juntos y provocan un súbito e importante aumento de la población de mosquitos”, agregó Schweigmann..
Según el especialista en mosquitos, las zonas más afectadas fueron Liniers, Villa Pueyrredón, Villa Urquiza, Olivos, Martínez, Villa Adelina y Maschwitz.
Todo indica que el viento que los trajo no se los llevará de vuelta a las zonas silvestres de los alrededores del AMBA, donde suelen vivir y reproducirse. “En la Ciudad pueden esconderse y el viento no los alcanza. Lo más probable es que se mueran de acá a una semana. Seguramente, con el correr de los días, veamos cada vez menos cantidad”, detalla.
La limpieza en el hogar, que incluye la descacharrización, es decir, sacar el agua estancada para evitar que los mosquitos cuenten con un ambiente propicio para poner sus huevos, no aplica con el Aedes albifasciatus.
“Es que, en estos casos, necesita charcos amplios de agua de lluvia que no se evaporen en el lapso de una semana. Por eso, lo único que se puede hacer es esperar a que se vayan”, asegura Schweigmann, quien aclara que sí vale la pena sostener estas medidas contra el Aedes aegypti, que sigue proliferando en esta época del año aunque no tuvo que ver con el “pico poblacional”.