Recientemente, se ha culminado una investigación judicial en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que revela que un empleado del Mercado Central, de 56 años de edad, con antecedentes penales y en libertad condicional, fue el autor del ataque a tiros contra el dueño de un supermercado en el barrio porteño de Villa Urquiza. Este hombre fue contratado por la denominada «mafia china», una organización que opera con mano de obra local para cometer extorsiones, amenazas y, a veces, ataques violentos contra aquellos que no cumplen con sus exigencias.
La causa fue llevada por el juez en lo Criminal y Correccional 60, Luis Alberto Schelgel, y ha concluido con el procesamiento con prisión preventiva del presunto tirador, identificado solo como Roque G. Además, se ha solicitado la identificación y detención de un cómplice que aún no ha sido localizado. Roque G. ha sido acusado de los delitos de coacción agravada, lesiones leves agravadas por el uso de arma y por el concurso de dos personas, y portación de arma de fuego.
El robo al super chino de Monroe
El hecho ocurrió el 7 de abril, alrededor de las 19.30, en un supermercado ubicado en la calle Monroe 5446, donde dos hombres ingresaron al local para balear al propietario, un comerciante chino de 50 años, y uno de ellos –el imputado Roque G.- pudo ser detenido.
Lo curioso del caso es que los dos autores del hecho se animaron a concretar el ataque pese a que había una mujer policía como consigna en la puerta del local.
Es que , porque la víctima ya había denunciado intimidaciones y amenazas anteriores, en una causa que tramitaba en la Unidad Fiscal Norte del Ministerio Público Fiscal (MPF) de la Ciudad de Buenos Aires.
Todo quedó grabado por las cámaras de seguridad del supermercado, cuyos videos se transformaron en una de las pruebas claves mencionadas por el juez Schelgel en su resolución.
En las imágenes se pudo observar cómo dos hombres buscaron al dueño del comercio y lo encontraron reponiendo mercadería en una de las góndolas.
Allí, le dejaron una nota amenazante con un mensaje en chino y sin mediar palabra, uno de ellos le efectuó dos disparos en una pierna con una pistola calibre 22, tras lo cual los autores escaparon.
La víctima recibió un balazo en el muslo izquierdo con entrada y salida de proyectil y sufrió un roce en la misma pierna.
La nota, escrita de puño y letra con letras chinas en una hoja A4 y que quedó secuestrada con manchas de sangre, decía: «Jefe, añada como amigo el número/usuario … por WeChat en un plazo de tres días o reserve un turno en el hospital», según la traducción oficial que mandó a realizar el juez Schelgel.
Los dos delincuentes escaparon a la corrida pero comenzaron a ser perseguidos tanto por la mujer policía que hacía de custodia como por un primo del comerciante baleado, que incluso salió con un arma a la calle y les efectuó un disparo que no lesionó a nadie.
Ante el alerta irradiado por la mujer policía, efectivos de la comisaría vecinal 12C alcanzaron y detuvieron a Roque G. en la calle Olazábal al 5200, y lo identificaron como el presunto autor material de los disparos.
Además, se secuestró en un montículo de pasto ubicado frente a un edificio de la calle Bucarelli al 2200, la pistola marca Bersa calibre 22 que se empleó en el ataque.
«Todas las declaraciones y probanzas acumuladas en este legajo coinciden con la video filmación del local en la que claramente puede verse el momento del suceso y amén de que el imputado se encuentra de espaldas, puede acreditarse que su vestimenta es la misma que llevaba puesta al momento de la detención», dice el juez en uno párrafos de la resolución.
Al fundamentar la prisión preventiva, Schelgel tuvo en cuenta la gravedad de los hechos investigados, la pena en expectativa, el peligro de fuga y lo que denominó un «claro comportamiento desafiante del imputado hacia la jurisdicción» por sus antecedentes.
El juez citó a indagatoria al primo del damnificado, a quien le atribuye haber portado ilegalmente y disparado otra pistola Bersa calibre 22 con la que salió a perseguir a los delincuentes que habían baleado a su familiar.
Fuentes judiciales revelaron que se está tratando de localizar al cómplice de Roque G. y que además se investiga si se trata del mismo dúo de delincuentes que cometió hechos similares que tuvieron como víctimas a comerciantes chinos del partido bonaerense de San Martín.