Seis personas fueron detenidas como acusadas de integrar una banda dedicada a cometer estafas a comerciantes y la empresa Mercado Libre mediante dispositivos electrónicos de pago, en un monto cercano a los 8 millones de pesos, informaron fuentes de la Policía de la Ciudad.
El fraude parece tan sencillo, requiere tan poca sofisticación, que resulta escalofriante: el cliente se dispone a abonar una compra con su tarjeta de débito, sin saber que quien la toma captará los datos para clonarla. Luego, con esa tarjeta clonada, el delincuente realiza una operación simulada de compra a través de un posnet propio de una de las más extendidas billeteras virtuales, pagos que, después, los usuarios reales de las cuentas asociadas a las tarjetas de débito desconocían, lo que, al final del reclamo, obligaba a la empresa a hacerse cargo de la devolución de los montos objetados. Mientras, el dinero a disposición de los estafadores era movido de cuenta en cuenta hasta que alguien, al final del camino, lo convertía en efectivo.
No se dieron a conocer los nombres de los clientes estafados en el principio del proceso, usados como ariete en la defraudación posterior. Sí se sabe que Mercado Libre (a través de su billetera virtual, Mercado Pago) debió absorber las pérdidas por las operaciones falsas. Según la denuncia que hizo la propia empresa, el monto supera los 8 millones de pesos.
La justicia ordenó diez allanamientos que fueron realizados en las últimas horas en Villa Urquiza y otros puntos de la Capital Federal.
El operativo tuvo como origen una denuncia realizada por el Departamento de Prevención de Fraude de Mercado Pago a la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas (UFEDyCI), a cargo de la fiscal Daniela Dupuy, quien luego del análisis preliminar le dio intervención para las tareas a la Sección Investigaciones Especiales de la Policía de la Ciudad, con participación del Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ).
Los análisis informáticos realizados en el marco de la causa establecieron el grado de participación en primera instancia de 25 personas, identificadas como «mulas», y en su gran mayoría eran de nacionalidad venezolana y con vínculos de amistad y familiar entre ellos.
Tras un entrecruzamiento de perfiles públicos de redes sociales y la continuidad de la investigación se pudo inferir que la banda era liderada por nueve personas.
Los allanamientos que se realizaron el lunes a la mañana fueron en en dos departamentos de la avenida José María Moreno al 800 y en inmuebles ubicados en la avenida Córdoba al 5400, Campana al 200, Punta Arenas al 1800, avenida Olazábal al 4800, Lavalle al 700, avenida Lafuente al 100, Felipe Vallese al 300 y Alpaca al 500. Allí, los efectivos incautaron 47 tarjetas magnéticas, 15 teléfonos celulares, dos posnet de Mercado Libre, cinco notebooks, dos tablets, nueve tarjetas SIM, cuatro pendrives, una máquina para contar billetes y cinco cuadernos con anotaciones de extracciones.
Fueron arrestados cuatro hombres y dos mujeres, y se notificó a otros dos que deberán comparecer ante la Justicia, imputados por el delito de estafa mediante el uso de tarjeta magnética o de sus datos obtenidos ilícitamente, según lo tipificado en el artículo 173, inciso 15 del Código Penal.
Recientemente, el Barrio Mitre de Saavedra, situado cerca del Dot Baires Shopping, fue escenario de un tiroteo en el que dos personas resultaron heridas de bala, un hombre de unos 53 años por lo que debió recibir atención médica del SAME y más tarde fue derivado al Hospital Pirovano. Del mismo modo, una oficial de la Policía de la Ciudad también resultó herida de bala.
Un enfrentamiento territorial entre bandos
La causa de la violencia es una disputa territorial entre dos grupos: los referentes de la barra brava de Platense con el Viejo Tom a la cabeza y el histórico clan Gómez. La situación había empezado a calmarse tras la caída en prisión de los dos pesos pesados de ambos bandos, pero ambos fueron recuperando la libertad y la lucha por el control del territorio se intensificó. Según la investigación judicial, uno de los líderes de la barra brava, Alejandro Acosta, alias «El Viejo Tom», vio desde la cárcel cómo su grupo perdía influencia en el barrio a manos del otro clan mientras él estaba tras las rejas. Y juró al regreso dar vuelta esa cuestión. El enfrentamiento entre miembros de los dos grupos llevó a los tiroteos, que están siendo investigados por la justicia.
Trayectoria del Viejo Tom y el clan Gómez
El Viejo Tom, jefe de la barra brava del Calamar, fue detenido en diciembre de 2018 y condenado a una pena de 6 años de prisión por ser presunto líder de una organización criminal dedicada al asalto de locales de venta de artículos de tecnología y también a perfumerías. Del clan Gómez, cuyos integrantes tienen antecedentes penales que datan de 2003, también había caído por entonces su jefe por venta de estupefacientes. Sin embargo, ambos fueron recuperando la libertad. Primero Gómez y recientemente, el Viejo Tom. Según la investigación judicial, este último vio desde la cárcel cómo su grupo perdía influencia en el barrio a manos del otro clan mientras él estaba tras las rejas. Y juró al regreso dar vuelta esa cuestión. Ahora, todo el barrio vive en vilo mientras el primer tiroteo entre hombres de la barra y miembros de los Gómez dejó dos heridos de bala.
Evolución del grupo liderado por el Viejo Tom
Según lo que indicas, el Viejo Tom no es realmente un anciano, sino un joven de 32 años que lidera un grupo delictivo que se inició en el raterismo y los robos pirañas en el área de Cabildo y Villa Urquiza en Buenos Aires. Con el tiempo, el grupo se perfeccionó en sus actividades delictivas.
En ese momento, el barrio estaba dividido en dos grupos, uno liderado por Tío Rico y Julito, y otro por Andrés el Raba Torres y su hermano Fatiga. Estos últimos eran miembros fundadores de la ONG barra Hinchadas Unidas Argentinas, en la que se relacionaron con líderes políticos del Gobierno y del PJ disidente.
Es interesante ver cómo el grupo liderado por el Viejo Tom ha ido evolucionando en su actividad delictiva y cómo ha ido adquiriendo cada vez más poder en el barrio. Aunque es preocupante ver cómo han utilizado su poder para liderar una revuelta contra el shopping y cómo han utilizado su influencia para involucrarse en Platensel. Es importante destacar que este tipo de actividades delictivas tienen un impacto negativo en la comunidad y pueden llevar a un aumento de la inseguridad en la zona.
Es importante que se tomen medidas efectivas
Acosta era el líder, pero debajo suyo estaban Kevin Torres, que se hacía ver con camionetas 4×4 último modelo y también terminó preso; Nicolás González, otro que dio con sus huesos en la cárcel; Brandon Lorenzo, el más picante de los hermanos Lorenzo, y Joel El Gordo Sacco, que heredó el liderazgo del paravalanchas al caer sus predecesores. Fue entonces cuando la banda terminó desarticulada y los Gómez, asociándose con otros dos clanes, las familias Moreno y Tapia, comenzaron a ampliarse en el territorio. El Viejo Tom, instalado en la cárcel de Devoto, rumiaba su bronca. Pensó que la liberación de presos por la pandemia lo iba a favorecer, pero eso no pasó, esperó su momento que según investiga la Justicia cree que podría haber llegado ahora.
Esperemos que las investigaciones de la Justicia avancen para esclarecer lo sucedido y se puedan determinar las responsabilidades correspondientes. La violencia en la sociedad y el fútbol es un problema grave, y es importante que se tomen medidas efectivas para prevenirla y castigar a los responsables.
El Barrio Mitre
El Barrio Mitre es un sector del barrio de Saavedra en la Ciudad de Buenos Aires, que no está oficialmente reconocido como uno de los 48 barrios porteños. Se compone de 6 manzanas construidas durante el gobierno de la Revolución Libertadora para reubicar a las personas que habían perdido sus hogares en un incendio ocurrido en 1957. Se encuentra entre las calles Correa, Posta, Arias y Melián. Es considerado una villa de emergencia o villa miseria
Aunque existieron proyectos para eliminar el Barrio Mitre, en 2009 se inauguró en un terreno aledaño el DOT Baires Shopping, un centro comercial que cuenta con las principales marcas y un supermercado Walmart. Este ha cambiado la dinámica del barrio, con una mayor cantidad de tráfico y dificultades para estacionar. A pesar de la construcción de varios edificios cercanos, el Barrio Mitre ha visto pocas mejoras notables para sus residentes.
Omnipotente, solitario, con capacidad de planificación, manipulador, con poco poder en sus relaciones amorosas y laborales, de clase media baja y con experiencia en el delito. Así, según su perfil criminalístico, es el violador serial que atacó al menos a nueve mujeres en cuatro meses del 2013 y que, desde hace 9 años está identificado genéticamente y su ADN es actualmente cotejado con cada uno de los perfiles que ingresan al Registro Nacional de Datos Genéticos (RNDG).
El inicialmente bautizado «Violador de Villa Urquiza» -aunque su zona de acción fue diversa- no volvió a actuar desde el 28 de agosto de 2013. Al menos no bajo los mismos patrones. Eso hace creer a los investigadores que ya podría haber fallecido, estar detenido por otro delito -por el cual no se coteja su ADN- o al acecho.
Cómo se manejaba
Con 45 o 50 años por entonces, el agresor sexual operó siempre bajo un mismo patrón: elegía a sus víctimas entre empleadas jóvenes adultas de comercios u oficinas situados sobre alguna avenida porteña, estudiaba la zona y antes de atacar entraba al lugar para realizar alguna pregunta y prometía regresar luego a concretar la operación.
Al momento de cometer los ataques, siempre por la mañana o a primera hora de la tarde, exhibía un arma de fuego, llevaba a su víctima hasta un sitio fuera de la vista de terceros y abusaba sexualmente de ellas sin golpearlas ni insultarlas ni ejercer otro tipo de violencia más que la sexual.
Luego, se apoderaba de dinero o de objetos de valor, y para asegurar su fuga dejaba a las mujeres semidesnudas o encerradas o colocaba obstáculos que las demorara en salir a pedir auxilio.
Este atacante, sin embargo, dejó sus rastros genéticos -semen- en siete de los nueve abusos, lo que permitió conectar todos esos hechos con un mismo autor. En los restantes dos casos, no dejó ADN, aunque su modus operandi y las descripciones de las víctimas fueron indubitables respecto a que se estaba ante el mismo agresor.
Si bien se presentó en todos los casos a cara descubierta frente a sus víctimas, algunas veces intentó ocultarse detrás de unos grandes lentes de sol, que en un par de ocasiones dejó incluso olvidados en la escena del crimen.
El día en que se registró el último ataque que le atribuyen los investigadores, el 28 de agosto de 2013, una cámara lo captó cuando caminaba por el barrio porteño de Villa del Parque a las 16.10.
Si bien desde la Unidad Especializada en la Investigación Criminal Compleja, a cargo del fiscal José María Campagnoli, donde se investigan los hechos, se solicitó a la Dirección Registro General de Alojados del Servicio Penitenciario Federal un cotejo con los internos detenidos en distintos penales por el delitos contra la integridad sexual desde el año 2013, aún no pudo ser identificado.
En septiembre de ese año la Policía Federal Argentina (PFA) y el entonces secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, anunciaron el arresto del «Violador de Villa Urquiza», que resultó ser un psicólogo que trabajaba para esa cartera y estaba de licencia, finalmente desvinculado del caso al descartarse por el ADN.
También hubo otro apresado que había sido reconocido mediante una foto por una víctima y que quedó descartado tras el cotejo genético.
Un efectivo de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, que trabajaba como conductor para una aplicación de viajes, mató a balazos anoche a un ladrón que quiso robarle con un tenedor en la localidad bonaerense de Vicente López. El delincuente estaba acompañado de una mujer que logró escapar del lugar. Por el hecho, el agente porteño no quedó detenido.
El caso quedó en manos del fiscal Alejandro Musso, titular de la UFI Vicente López Oeste, quien calificó el expediente como legítima defensa y no arrestó al policía: entendió que el efectivo no tuvo otra alternativa. Por otro lado, el funcionario judicial ordenó a la Policía Bonaerense que encuentre a la cómplice del delincuente muerto, identificado como Gustavo Osvaldo Becker.
El hecho ocurrió alrededor de las 0.30 de este miércoles, cuando un oficial que desempeña sus tareas en la División Protección Barrial manejaba su auto Chevrolet Agile que utiliza para transportar pasajeros mediante una aplicación.
Fuentes policiales y judiciales informaron que el efectivo tomó un viaje en el cruce de las avenidas Monroe y Triunvirato, en el barrio porteño de Villa Urquiza, con destino a Villa Martelli, partido de Vicente López.
La pareja subió al vehículo hasta que en la zona de Villa Melo, en jurisdicción del citado distrito del norte del conurbano, fue amenazado por el hombre que iba en el asiento detrás del conductor con un arma blanca.
Según el testimonio del policía, la mujer también tenía un arma de fuego, por lo que comenzó un forcejeo y descendió del auto con su pistola reglamentaria.
El oficial dio la voz de «alto» y efectuó cinco balazos, dos de los cuales impactaron en el torso del asaltante mientras salía del rodado.
Tras los disparos, la mujer escapó del lugar a la carrera y el hombre baleado murió casi en el acto a raíz de las lesiones sufridas.
Personal de la comisaría 4ta. arribó al lugar a los pocos minutos y comenzó con los peritajes correspondientes bajo la supervisión del fiscal Alejandro Musso, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Vicente López Oeste.
Los pesquisas secuestraron un tenedor dentro del auto que había sido utilizado por el fallecido para intimidar al conductor, añadieron las fuentes.