El Parque quedaría dividido en dos y la obra no solucionará las inundaciones en el barrio, denuncian los vecinos.
Hace unos 80 años, el arroyo Medrano atravesaba todo el Parque Saavedra, a cielo abierto. Fue entubado con obras de soterramiento en el año 1942, con el objetivo de mitigar los desbordes de los cursos de agua en los barrios y evitar las inundaciones, ante un proceso de avance en la urbanización y crecimiento poblacional. Desde hace unas semanas, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, intenta volver al pasado: quiere abrir un extenso tramo del arroyo y dejarlo al aire libre.
Según fuentes oficiales, el proyecto forma parte del Plan Hidráulico que consiste en concretar aliviadores para los arroyos entubados que desembocan en el Río de la Plata. El arroyo a cielo abierto tendría una extensión de 500 metros y “caminos peatonales a ambos lados” con el fin de generar “un nuevo corredor junto a un curso de agua”.
Vecinos de la zona comenzaron a organizarse para detener este avance sobre uno de los pulmones verdes más importantes de la Ciudad. Afirman que esta obra dejaría el parque dividido en dos, y que pondría en riesgo a niños, niñas y mascotas. También destacan que sumaría cemento al espacio verde, lo que afectaría la capacidad de absorción del suelo.
El arroyo Medrano nace en el partido de San Martín; al atravesar la avenida General Paz e ingresar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires discurre entubado por los barrios de Saavedra y Núñez, más precisamente cursa por debajo del Parque Sarmiento, la Avenida Ruiz Hídobro, Vilela, el Parque Saavedra, la avenida García del Río y la avenida Comodoro Rivadavia, luego de atravesar la avenida Lugones corre a cielo abierto, pero rectificado, unos 300 metros hasta desembocar en el Río de la Plata.
La Defensoría del Pueblo porteña realiza un monitoreo permanente de los arroyos que corren bajo la Ciudad. En el caso del Medrano, detectó que el problema recurrente de las inundaciones y anegamientos resulta agravado por la contaminación que afecta a sus aguas. El informe de laboratorio confirmó que cuando ingresan al subsuelo porteño, “las aguas del Medrano ya se encuentran severamente contaminadas (…) Esta contaminación se incrementa sensiblemente a lo largo de su recorrido bajo la Ciudad hasta revelar valores de deterioro mucho más severos en su desembocadura, donde diariamente se practican actividades náuticas y de pesca. La observación satelital muestra con claridad que el agua contaminada se desplaza hacia el sur e invade la zona costera”.
Una vez abierto el arroyo en el predio que ocupa el parque, los olores ocasionados por productos químicos desechados por industrias linderas afectarían gravemente la salud de vecinas y vecinos.