Este domingo, los vecinos de Saavedra se reunieron en el Parque Saavedra para conmemorar el décimo aniversario de las trágicas inundaciones que afectaron al barrio y sus alrededores. En aquella oportunidad, seis personas murieron y cientos de vecinos resultaron damnificados. Los ciudadanos presentes colgaron una bandera con el lema «Saavedra no duerme cuando llueve», creado por la Asamblea de Vecinos Inundados de Saavedra, que surgió tras la inundación del 2 de abril de 2013. Algunos de sus miembros fundadores también estuvieron presentes en el acto.
Vecinos y referentes de la Asamblea de Inundados y de Vecinos por Saavedra hicieron uso de la palabra para exigir que se realicen las obras necesarias para prevenir futuras inundaciones y para pedir que se solucionen los problemas de los afectados. También se leyó un texto en homenaje a los fallecidos.
La importancia de mantener la memoria
Durante la conmemoración, los vecinos destacaron la importancia de mantener la memoria y no dejar impune lo que pasó hace diez años. «Nos podemos volver a inundar, nosotros salimos a la calle a homenajear a los seis fallecidos, muertes evitables», señaló Ricardo Moretti, vecino y referente de la Asamblea de Inundados. Además, agregó: «Puede volver a llover, es mentira que no se inunda más de lo que decía Mauricio Macri».
José Olivo, vecino y referente de Vecinos por Saavedra, también hizo hincapié en la importancia de tomar medidas preventivas para evitar futuras inundaciones. «No se hicieron las obras necesarias, pedimos un plan de contingencia y alerta temprana. Ahora, seguimos en reclamo por el reservorio en Parque Sarmiento», dijo.
La presencia de los vecinos fundadores de los reclamos
La conmemoración contó con la presencia de los vecinos de la primera hora, aquellos que vivieron de cerca las inundaciones y se unieron para crear la Asamblea de Vecinos Inundados de Saavedra. «La llama está prendida», destacó el escritor Ernesto Garabato al ver a tantos vecinos presentes para mantener la memoria. Garabato también leyó un texto de su autoría en homenaje a los seis fallecidos.
Un futuro sin inundaciones
Los vecinos de Saavedra continúan luchando por un futuro sin inundaciones y por una solución efectiva a largo plazo para la seguridad de su barrio y sus habitantes. La falta de obras y medidas preventivas sigue siendo una preocupación constante para los vecinos, quienes exigen una solución definitiva a las autoridades competentes. Mientras tanto, la memoria y el homenaje a los seis fallecidos se mantienen presentes.
La trágica tormenta
El 2 de abril del año 2013, una tormenta azotó el área metropolitana de Buenos Aires y dejó como saldo seis personas fallecidas y cientos de vecinos damnificados. Una de las zonas más afectadas fue el barrio de Saavedra, donde la lluvia provocó el desborde del arroyo Medrano y la acumulación de más de un metro de agua en varias cuadras. La situación generó críticas y protestas, y diez años después, los vecinos de la zona vuelven a pedir soluciones.
Un temporal que colapsó la Ciudad y el Conurbano
El temporal que se desató el 2 de abril de 2013 fue uno de los más intensos de los últimos años en el área metropolitana de Buenos Aires. En tan solo una hora cayeron más de 150 mm de lluvia, lo que provocó inundaciones en diversas zonas de la Ciudad y el Conurbano bonaerense. Además de los seis fallecidos en Capital, se registraron dos muertes en el Gran Buenos Aires, mientras que en La Plata se contabilizaron al menos 67 fallecidos.
Saavedra, el barrio más afectado
En la Ciudad, uno de los barrios más afectados por la inundación fue Saavedra, y en particular la zona del Barrio Mitre, ubicada junto al shopping DOT. Allí falleció Eduviges Olivera, una mujer de 80 años. La situación generó la reacción de los vecinos, que protestaron y criticaron tanto a las autoridades de la Ciudad como al centro comercial. Al día siguiente de la tragedia, la presidenta de ese entonces Cristina Fernández de Kirchner se acercó al lugar para dialogar con los vecinos.
El 29 de enero es un día muy especial para los habitantes del barrio de Saavedra y para toda la comunidad, ya que se celebra el aniversario del nacimiento de Roberto Goyeneche, una figura indiscutiblemente identificada con su amado barrio de Saavedra.
A lo largo de los años, se han llevado a cabo numerosos homenajes en todo el territorio, en las calles que él recorrió y amó. Desde murales que retratan su figura, su nombre en una de las tribunas del club Platense, que era su pasión, hasta la estatua que antes se encontraba frente al Parque Sarmiento y ahora reposa en la sede Comunal 12. Además, su nombre también se ha inmortalizado en el viaducto de la avenida Balbín y en el corazón de cada vecino que habita ese querido barrio.
Roberto «Polaco» Goyeneche nació el 29 de enero de 1926 en el barrio de Saavedra y falleció en Buenos Aires el 27 de agosto de 1994. Fue un exitoso cantor de tango de ascendencia vasca, cuyo talento y carisma lo convirtieron en una de las voces más emblemáticas del género.
Desde su adolescencia, Goyeneche frecuentaba los cafés y cabarets donde se presentaban los grandes cantantes de tango de la generación de los años 40. Además de su carrera artística, también desempeñó diversos trabajos, como chofer de colectivo, taxista y mecánico.
A lo largo de los años, historiadores y periodistas han investigado sobre el lugar de nacimiento de Goyeneche, y surgieron dos versiones: una afirma que nació en Saavedra, mientras que otra sugiere que su nacimiento ocurrió en Urdinarrain, provincia de Entre Ríos. Según esta última versión, su madre, embarazada y viajando en tren hacia Buenos Aires, tuvo que dar a luz en Urdinarrain de manera imprevista. Posteriormente, cuando su madre llegó a Saavedra, registró oficialmente el nacimiento de Roberto. A falta de documentos escritos que prueben lo contrario, se considera que Roberto Goyeneche nació en Saavedra, Buenos Aires, tal como consta en su partida de nacimiento emitida por el Registro Civil.
Fue en Saavedra donde Goyeneche descubrió el amor de su vida, el Club Atlético Platense, al cual dedicó su lealtad hasta el día de su fallecimiento.
El primer gran éxito de Goyeneche llegó a los dieciocho años, cuando ganó un concurso para nuevas voces en 1944. Ese mismo año, comenzó su carrera como cantor en la orquesta de Raúl Kaplún. Siendo un ferviente seguidor de Carlos Gardel, Goyeneche desarrolló un estilo propio y personal en su manera de interpretar el tango.
En 1952, Horacio Salgán convocó a Goyeneche para reemplazar al cantor Horacio Deval y formar un dúo junto a Ángel Díaz. Fue Díaz quien lo apodó «El Polaco» debido a su apariencia delgada, pelo largo y rubio, similar a los jóvenes de ascendencia polaca de esa época. Con Salgán, Goyeneche grabó cuatro canciones para el sello RCA Victor, entre ellas «Alma de Loca», «Yo Soy el Mismo», «Un Momento» y «Siga el Corso». En 1954, continuó su colaboración con Salgán en el sello TK, grabando otras seis canciones, dos de ellas en colaboración con Díaz.
En 1956, a los treinta años, Goyeneche se convirtió en el cantor de la orquesta de Aníbal Troilo, a quien admiraba y consideraba un entrañable amigo. Juntos, grabaron 26 temas inolvidables. Algunos años más tarde, ya como solista, volvieron a unirse para lanzar dos álbumes titulados «Nuestro Buenos Aires» (compuesto por obras especialmente creadas por Armando Pontier y Federico Silva) en 1968, y «¿Te acordás Polaco?» en 1971.
El repertorio de Goyeneche fue amplio y diverso, incluyendo tangos clásicos y modernos que desfilaron a lo largo de su carrera discográfica. Incluso grabó un disco de tangos clásicos en Estados Unidos, con arreglos jazzísticos extraordinarios a cargo de Carlos Franzetti, un pianista y compositor argentino de jazz radicado en EE. UU. Las canciones seleccionadas incluyeron éxitos como «Volver», «Sur», «La Milonga» y «Los Ejes de Mi Carreta» de Atahualpa Yupanqui.
En 1969, Goyeneche llevó a cabo un acto de audacia artística al grabar «Balada Para Un Loco», compuesta por Astor Piazzolla y Horacio Ferrer. Esta canción generó un gran escándalo en su estreno y desató un debate sobre lo que debía ser aceptado como tango. Sin embargo, Goyeneche se mantuvo fiel a su visión artística y logró un gran éxito con esta interpretación única y emotiva.
En una lamentable noticia, se informa que un hombre de 35 años perdió la vida esta mañana en un trágico accidente automovilístico. El suceso ocurrió en la Avenida General Paz, mano al Riachuelo, a la altura de la calle Superí, en el barrio de Saavedra, en nuestra Comuna 12.
De acuerdo a los informes preliminares, el fatal incidente tuvo lugar alrededor de las 5 de la mañana de este viernes. Un vehículo Ford blanco, que circulaba de manera errática por la mencionada avenida, chocó contra el guardarrail izquierdo, realizó múltiples giros y terminó deteniéndose en la parte derecha de la General Paz.
Este impactante accidente generó un caos absoluto en el tráfico, ocasionando un bloqueo total en la circulación en dirección a la provincia durante un lapso de cuatro horas. Sin embargo, cerca de las 9 de la mañana, se tomaron medidas para restablecer el flujo vehicular, habilitando tres carriles con el objetivo de normalizar la situación.
Resulta alarmante descubrir los antecedentes del vehículo involucrado en este trágico choque. Según los registros de infracciones de la Ciudad de Buenos Aires, se constata que el automóvil acumula un total de nueve multas por exceso de velocidad, con una deuda acumulada que supera los 140 mil pesos. Por otro lado, los informes provenientes de la provincia de Buenos Aires revelan que el vehículo en cuestión ha sido sancionado en 47 ocasiones, acumulando un valor monetario superior a 1.4 millones de pesos.
La investigación sobre este terrible suceso está siendo llevada a cabo por la Fiscalía de Saavedra-Núñez, bajo la supervisión del fiscal José María Campagnoli. En busca de esclarecer los hechos, el fiscal ha solicitado la presencia de personal de Viales y una Unidad Criminalística Móvil (UCM) para realizar las correspondientes pericias y recolectar pruebas.
En el barrio de Saavedra hay una casa que despierta sensaciones y recuerdos emotivos en quienes pasan por allí. Lucas Stoessel, su dueño, a veces escucha a través de la ventana de la cocina las reacciones de la gente cuando interactúan con los “obopops” que tiene instalados en la pared del frente.
¿Qué es un Obopop?: objetos de botonera obsoleta con perillas o palancas. Así catalogó este artista a los teléfonos a disco, walkmans, minicomponentes, videocaseteras, máquinas de escribir y todo ese tipo de cosas que ya no se usan. Él los recibe y los cuelga en la puerta de su casa y también en el interior.
En la puerta hay un letrero que dice:
«El 73% de los Obopops aquí expuestos fue rescatado de la calle. Mientras que el 27% restante fue donado por entusiastas colaboradores»
El primer objeto que colocó Lucas, el propietario, -justo antes de la pandemia y a modo de portero eléctrico-, fue un discman arriba del timbre.
Hoy la cantidad y variedad de Obopops es abrumadora
Este artista empezó a colocar los primeros obopops en el 2018, y de a poco le iban trayendo cosas, pero el furor fue en la pandemia, cuando la gente andaba con tiempo libre, ordenando sus casas y con ganas de ganar espacio en sus hogares
Los obopops que cuelga Lucas en el frente de su casa van desde la década del ‘60 hasta fines de los ‘90. Uno de los más antiguos es una calculadora de los años ‘60, según indica. También hay cosas valiosas que debió atornillar para que no se las lleven, como un monitor IBM de los años ‘70 que al día siguiente de que lo instaló pasó alguien y le ofreció una importante suma de dinero para llevárselo, pero prefirió dejarlo para que todos lo aprecien.
En la pared de Lucas se puede encontrar de todo y entre los objetos mensajes secretos que hay que saber leer, como uno que dice “¿Querés tener razón o querés ser feliz?”.
Lucas cuenta que la gente le agradece por haber hecho esta instalación. Incluso su idea gustó tanto que los dueños de una cervecería le pidieron que emule lo que hizo en su casa.
Lucas recibe con placer cualquier artefacto que quieran llevarle para completar su frente. Para comunicarse con él hay que escribirle a su perfil de Instagram, Obopops.